sábado, 26 de julio de 2014

[Y la música sigue sonando] Leiva y Sidecars, dos grandes Torres en Ávila

Hace ya varias semanas se dio a conocer el programa de las fiestas de verano de Ávila, y el plato fuerte de este año era el concierto de Leiva. Algunos compramos la entrada enseguida, no fuera a ser que se acabaran antes de tiempo, y no íbamos a arriesgarnos. Pero el pasado miércoles, 2 días antes del concierto, se anunció un cambio de última hora en el grupo que iba a hacer de teloneros, en vez de 84 tocarían Sidecars, ¡notición de última hora! Si ya estábamos emocionados con el concierto, con el recién anunciado 2x1 algunos estábamos que no cabíamos en nosotros de nervios y de ganas. Que largos se iban a hacer esos 2 días de espera…

Pero por fin llegó el día marcado en el calendario, ese ansiado 25 de julio, y allá que nos fuimos, dispuestos a aguantar el calor que hiciera falta. Y he de decir que mereció la pena.

A las 22.30, puntuales, aparecieron Sidecars en el escenario. Para ir abriendo boca hicieron un repaso por sus 3 discos, haciéndonos bailar, saltar y cantar con su Chica fácil, Los amantes, Cremalleras, Contra las cuerdas y Ya no tengo problemas. Aunque, como no podía ser de otra manera, donde más se entregó el público fue con Fan de ti y De película. Supo a poco, se echaron de menos muchas canciones, pero eran los teloneros, y no sólo no decepcionaron, si no que a la gente que no les conocía mucho les dejaron con la miel en los labios de disfrutar de un concierto entero suyo. Chapeau!



Una hora más tarde, con la Plaza de Toros de Ávila repleta de gente, hizo su aparición Leiva junto con su Leiband, ¡y el público enloqueció! Abrió el concierto igual que su segundo disco, Los cantantes fue coreada por toda la plaza. Y así se sucedió una canción tras otra: Cerca, Aunque sea un rato, Miedo, Vértigo, Afuera en la ciudad, Palomas… Sin que la música parase ni un solo momento. Leiva no se olvidó de los años que pasó con Pereza, e hizo un recordatorio de esos años con canciones como Animales, Como lo tienes tú o Violento amor. Como buen músico y compañero, nos recomendó a todos que escuchásemos a Jorge Marazu, cantautor abulense, por si alguno aún no le conocía, y le dedicó una canción: Eme (de Marazu). Por supuesto, no podían faltar las geniales Mirada perdida y Ciencia ficción; y la genialidad de Pólvora, sólo con Leiva en la voz y la guitarra y César Pop a los teclados, no podía sonar mejor.



Tras la primera despedida y que el público se dejase la garganta pidiendo más (¡OTRA! ¡OTRA! ¡OTRA!), Leiva no se hizo rogar mucho y volvió al escenario sólo con su guitarra para ponernos la piel de gallina con un Vis a vis al que se unió el resto de la Leiband a mitad de la canción. Dejó para el final la tan esperada Terriblemente cruel y cerró el concierto pidiendo a todos los asistentes que guardasen los móviles para disfrutar de la última canción con las manos en alto, como en los conciertos de hace 10 años (momento nostálgico para los no tan niños que andábamos por allí, ains…), y así pudimos recibir debidamente a la gran Lady Madrid.

Pero lo mejor del concierto no fue todo lo que ya he contado, pues los grandes músicos hacen que todo suene bien. Lo mejor fue ver a ese grupo de grandísimos músicos divirtiéndose encima del escenario, un grupo de amigos disfrutando con lo que hacían, y transmitiéndonos esa alegría y ese buen rollo a todos, eso si que es una auténtica gozada, insuperable.


El concierto se nos hizo corto, pero ya se sabe que cuando uno está pasándoselo bien no quiere que las cosas acaben, pero todo tiene que tener fin. Esperamos poder volver a disfrutar de estos grandes artistas pronto.


¡Que no mueran nunca los cantantes!

jueves, 24 de julio de 2014

[Microrrelato]

      Cuando Eduardo se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.

      Era tal como lo había soñado. ¡No podía creer que las pesadillas se hicieran realidad!

      Espera... No... No había sido una pesadilla, ¡lo había leído en un libro! ¡Claro! Ahora sólo tenía que conseguir recordar lo que pasaba en la historia y sabría lo que tenía que hacer para llegar al final feliz. Pero... ¿Realmente aquel libro había tenido un final feliz?