¡Estrenamos sección!
En la entrada anterior hablamos de un librito estupendo, así que siguiendo con él, hoy nos cuenta cositas varias Rubén Negro, su autor.
Hace unos días tuve la suerte de poder engañar a este joven escritor para que compartiera un café y sus palabras conmigo, así que aproveché a preparar unas cuantas preguntitas para él. Reconozco que yo de periodista no tengo ni el bolígrafo y papel, así que he sido incapaz de recortar mucho la entrevista, por lo ha quedado un poquito extensa, pero más interesante a mi parecer. Sin más dilación, os dejo con sus respuestas =)
Shared Lives.- Para los que
aún no te conocen, ¿podrías presentarte?
Rubén Negro.- Soy Rubén Negro, nací en Ávila en 1983.
Trabajo en esto del periodismo desde 2004 y soy un superviviente a la crisis.
SL.- El blog se
llama Vidas Compartidas, ¿algún pedacito de tu vida que quieras compartir?
Recuerdo, anécdota, pensamiento... Lo que quieras.
RN.- Bueno, es una pregunta un poco compleja. Mira,
pues afortunadamente en mi vida real tengo una vida compartida, y gracias a esa
vida compartida no he seguido el camino que he querido reflejar en el libro de
mi protagonista, que es un solitario. Creo que no se podría sobrevivir en los
tiempos actuales si no tienes las compañías adecuadas, ya no una pareja, que
eso ya depende de la suerte que tengas, sino que si no te rodeas de la familia
o de buenos amigos el camino del solitario se está convirtiendo en peligroso.
Así que me gusta el título del blog.
SL.- Las portadas
de tus libros, ¿fetichismo por los pies o casualidad?
RN.- (Risas) Casualidad. Me lo dijo mi sobrino, que
es un gran analista en miniatura, me dijo: “¿por qué otra vez pies en la
portada?” La verdad es que no lo había pensado. De hecho tampoco lo pensé
cuando pensé el título de La Huella que en mi libro anterior salían unos pies
en la portada. Esta vez sí, al ser el título La Huella pues la imagen del libro
juega con el título. Aunque una vez que esto ha sido así, en el otro libro
hablo de historias de amor y de caminos que se pueden abrir, eran tiempos más
optimistas, y en éste libro esos caminos que se abrían cuando teníamos 20 años
a los que como yo alcanzamos los 30, ahora se han convertido en caminos que ven
difícil cómo abrirse ese espacio, así que bueno, en cierto modo sin quererlo ha
salido un juego de caminos que se iniciaban y caminos que ahora han sido
pisados. Ha sido casualidad, pero ya que ha salido así, sí que tiene un sentido
aunque haya sido inconsciente.
SL.- Los
personajes de La Huella del Hombre Pisada,
¿están inspirados en alguien concreto? ¿Conoces a algún Manu o a alguna Layla?
RN.- Conozco Manus y Laylas, pero no son nadie en
concreto. De hecho afortunadamente no hay un hombre en concreto porque el
hombre, aparte de que se va equivocando, lo va pasando mal. Y Laylas hay
muchas. Sí que he pensado en chicas que conozco que han salido al exterior,
pero tiene un poquito de todas ellas y desgraciadamente las Laylas que conozco
en el exterior no han tenido la suerte todavía de volver. Todos los personajes
del libro tienen un poquito de toda la generación mía, he robado cachitos de
vida a personas y luego he imaginado, tanto en lo bueno como en lo malo,
posibles caminos de esas vidas. No hay nadie que me haya escrito “¡Ésta soy
yo!” Aunque bueno, mi escritura siempre se basa mucho en lo que veo o en lo que
imagino a partir de lo que veo.
SL.- ¿Por qué
Manu siempre habla en primera persona y los capítulos de Layla nos los cuenta
un narrador?
RN.- Quería ser un juego del libro. Quería que de
ese modo quedara claro que había ahí un cambio, es un modo de despertar al
lector, que de repente está leyendo un libro y sin avisar le hacen un cambio de
perspectiva. Era más un juego en la narración. De hecho en su inicio quería
escribir un libro en que el narrador fuera omnisciente, no en primera persona,
pero vi que, pensando en el lector, me resultaba con más ritmo que la narración
de él fuera en primera persona. Y de hecho es complicado, porque el
protagonista se va haciendo antipático, entonces le vas cogiendo antipatía al
narrador. Era un juego arriesgado, pero yo creí que al final para el ritmo de
la lectura era mejor el hacerlo así.
SL.- ¿Cómo
escoges la banda sonora de tus libros?
RN.- ¡A veces es
al revés! Quiero decir, a veces es escuchando una canción como se me ocurre la
idea de un capítulo del libro. Hay un momento en que cito a Revolution de los Beatles, a partir de
ahí, cuando yo era pequeño tenía una profesora de música que se llamaba Julia y
la portera de donde yo vivo ahora también se llama Julia, las he mezclado: a mi
profesora de música le gustaban mucho los Beatles y en el libro hago que a la
portera le gusten los Beatles. De ahí, de una canción real, surge la idea de
llevar todo eso a un capítulo en el que sale una portera que se llama Julia y
le gustan los Beatles. En otros casos es al revés. Pero es más frecuente que
sea la canción la que provoca la historia. También de escuchar muchas veces la
canción de Nada de Love of Lesbian,
de repente un día digo “Esto le vendría bien a una parte de la historia en la
que el protagonista está perdido y escucha la canción y qué mamón es este Santi
Balmes, qué bueno es”. Hay una parte del libro que cuando hablo de la banda
sonora estoy pensando en Rafa Pons, porque es una música canalla y muy actual,
y en este caso es al revés, a esa parte del libro le encaja una canción de Rafa
Pons. Entonces siempre va entremezclado cuando escribo, que la música sea el
origen o que la música complemente a lo que he escrito.
SL.- ¿Qué es lo
más difícil de escribir un libro?
RN.- Que todo tenga sentido al final. A la hora de
escribir un libro primero tienes que tener una idea y luego, a medida que vas
desarrollando esa idea, que encaje todo, que efectivamente se convierta en un
libro. Hay un momento con este libro que le digo a mi pareja “¿Tiene sentido?”.
El inicio y el final lo tenía más o menos claro, pero lo que iba entremedias lo
vas descubriendo a medida que lo vas pensado, que va surgiendo, y hubo un
momento en que dije “Esto tiene una estructura, esto encaja”, y ese momento es
gratificante. Y luego viene el problema, el momento en que dices “anda que no
me queda todavía por estructurar esto”, pero hay un momento en el que todo en
la cabeza ha encajado, aunque hasta que llega ese momento piensas en no
hacerlo. Lo difícil es encontrar una estructura que encaje.
SL.- A la hora de
escribir, ¿tienes la historia pensada antes de empezar o dejas que los personajes
vayan creando su propia historia?
RN.- Hombre, yo he escrito poco todavía, soy un escritor
muy modestito. En mi caso, esta historia es circular, el inicio es el final y
cuento el recorrido que le ha llevado hasta ese punto. Entonces en este caso yo
ya sabía dónde iba, lo que no sabía es cómo exactamente iba a ir, eso sí que
fue surgiendo, pero sí que sabía dónde iba. El otro libro no tenía estructura
de novela, eran historias cortas, así que tampoco sirve de ejemplo. Ahora que
estoy empezando algo que sé cómo empieza pero no sé cómo va a acabar tengo una
idea de lo que quiero hacer, pero seguramente vaya a ir modelándose a medida
que vaya estructurándolo en la cabeza. Pero yo creo que si no tienes claro un
inicio o un final es muy complicado. Aunque bueno, gusta dejar que la
imaginación vaya abriéndose camino. Yo creo que forma parte de la diversión de
escribir, dejar un poquito jugar, no ponerse unas reglas si no a ver qué pasa,
a ver qué surge.
SL.- ¿Algún
consejo para alguien que se plantee empezar a escribir?
RN.- Que escriba. (Risas) Lo que no puedes pensar
es que vas a escribir El Quijote en dos días. Tú vete escribiendo, deja que
vaya saliendo lo que tengas dentro y cuanto más escribas y más leas de otros,
más dejes que te lean lo tuyo, que eso también es complicado porque es difícil
por una parte abrirse y encajar las críticas o lo que te diga la gente para
perfeccionar, hay que perder el miedo, si realmente quieres escribir escribe y
deja que te lean. Luego ya lo vas perfilando. Así que si quieres escribir
escribe.
SL.- Por último,
un libro para compartir.
RN.- A ver... Hay una escritora segoviana que se
llama Ana Vázquez que tiene escrito un libro maravilloso desde hace un par de
años que se llama “Collage”, pero que no ha terminado de publicar, aunque lo va
a hacer de inmediato. Como ese de inmediato no termina de hacerse realidad,
aprovecho aquí para obligarla a que lo publique de una santa vez. (Risas) Es un
libro maravilloso, además es alguien de Castilla y León, paisana segoviana que
escribe como los ángeles y yo estoy seguro de que cuando salga a la luz ese
libro va a tener mucho éxito, de verdad, porque está muy bien escrito. Así que
Ana Vázquez, “Collage”, es el libro que recomiendo. Y otro, recomiendo dos, “El
nombre del Viento” de Patrick Rothfuss, es una auténtica maravilla. Y así
también le obligamos a Patrick Rothfuss a que continúe con su saga (Risas)
SL.- Eso ha sido
todo. Muchas gracias.