domingo, 5 de julio de 2015

[Shared Lives] Entrevista a Jorge Marazu


Hoy en Shared Lives nos metemos de pleno en el mundillo de la música. Esta vez, el que se dejó engañar fue Jorge Marazu, que con su recién estrenados disco (Escandinavia) y proyecto veraniego (Chiringuito Social Club, junto con César Pop y Toni Brunet) contestó a mis preguntas minutos antes de presentar éste último en el mítico Libertad 8 de Madrid.
Aquí os dejo el resultado de esos momentos tan agradables en compañía del artista =)


Shared Lives.- Para los que aún no te conocen, ¿podrías presentarte?

Jorge Marazu.- Soy Jorge Marazu y me dedico a hacer canciones casi las 24 horas del día. Y eso es todo, no soy mucho más que eso.

SL.- El blog se llama Vidas Compartidas, ¿algún pedacito de tu vida que quieras compartir? Recuerdo, anécdota, pensamiento... Lo que quieras.

JM.- Pues no, la verdad es que no. Me pasa lo mismo que con los favoritismos, que cada día, depende de cómo me pilles, hay días que me acuerdo de unas cosas, otras veces me acuerdo de otras. Generalmente cuando digo alguna cosa importante, es porque la he dicho varias veces y la tengo en la cabeza. Realmente un momento no, no lo tengo.

SL.- Tu segundo disco, Escandinavia, acaba de salir. Para él has optado por el crowfunding, ¿cómo ha sido la experiencia?

JM.- Hombre, la experiencia ha sido muy bonita. La parte dura viene ahora, que es asumir toda la responsabilidad de las recompensas. Y la verdad he optado por el crowfunding para la parte final, osea, todos los gastos del disco a nivel de producción, a nivel de músicos, a nivel de estudio, todo esto lo he asumido yo. Luego he tirado del crowfunding para la parte física, para el diseño, para las fotos. Sobre todo para eso, para la fabricación. Bueno, bien, ha sido duro pero está siendo también muy gratificante por la respuesta de la gente. Uno no espera tampoco que haya una respuesta tan rápida, en 3 días se hizo todo y fue muy interesante.

SL.- ¿Qué hay detrás de Escandinavia?

JM.- Sobre todo mucho curro, mucho curro y la necesidad de encontrar un sitio propio, que fue la necesidad que tuve después de hacer el primer disco, que se hizo con mucho cariño y con unos músicos extraordinarios y con muy buenas intenciones, pero yo creo que no conseguí esa personalidad que, de alguna manera, uno sueña con encontrar, y este disco sí se trataba un poco más de eso, de pensar en hacer el disco que sentía que tenía que hacer sin pensar en lo que pudiera pensar la gente después, valga la redundancia. Quería hacer un disco de verdad, con las canciones que tenía, con la intención que tenía, con la música que tenía, y eso es Escandinavia.

SL.- Imagino que compones más canciones aparte de las que aparecen en los discos, ¿cómo seleccionas cuáles entran en un disco y cuáles quedan fuera?

JM.- Bueno, antes sí, realmente antes sí. Cuando empecé, hasta hace 5 ó 6 años hacía casi todas las semanas una o varias canciones. Pero de un tiempo a esta parte hay pocos descartes, porque no hago una canción si no creo que la canción está que te cagas. Así que no hay tantos descartes. Al siguiente disco seguramente lleguen descartes, porque a día de hoy no ha salido éste y ya tengo casi un disco hecho. Pero en Escandinavia no ha habido muchos descartes, a lo mejor 3 ó 4 canciones, pero sí que estaba muy claro el reper y también nos dejamos mucho llevar por la intención del disco, por que tuviera sentido con el contexto.

SL.- ¿Qué pasa con las canciones que quedan fuera?

JM.- Generalmente mueren. Casi siempre mueren, porque tampoco son canciones que valgan para otros artistas. Por ejemplo en Escandinavia hay una canción que no entró en el primer disco, que yo la tocaba con mi grupo, pero la hemos dado la vuelta, la he cambiado la mitad de la letra, pero se suelen quedar ahí. Igual en un tiempo las reconstruyes y de repente ves que tiene otra posibilidad y se trabaja en ella, pero por regla general si no entra en un disco no creo que tenga lo suficiente para entrar en otro.

SL.- Estás involucrado en varios proyectos ahora mismo. ¿Cómo surgió la idea de La Ruta de los Colmaos?

JM.- Pues la Ruta fue una paranoia mía, que yo llevaba un tiempo pensando en hacer algo con la copla y llevarla a un lugar, a un contexto musical y de producción, y en toda esta vorágine la Fundación Autor me propuso hacerlo y, bueno, pues fue como joder, qué suerte, yo tengo esta idea que cuesta dinero, porque hay que pagar unos músicos profesionales y poner en marcha la historia, ensayar bien y tal, y para eso hay una logística que uno solo no puede asumir. Entonces me dieron esta posibilidad, lo desarrollamos con la ayuda de Toni Brunet, y él me ayudó a llevar las canciones adonde yo quería llevarlas de manera teórica, él sabe hacerlo, yo tengo una idea, se la presento y juntos la trabajamos, y ha sido muy satisfactorio. De hecho es una cosa que está parada, porque ahora me apetece hacer esto, pero no sé si lo siguiente que voy a hacer será el tercer disco o igual nos metemos con la Ruta, que han pasado cosas muy emocionantes.

SL.- ¿Y la de Chiringuito Social Club?

JM.- El Chiringuito es porque somos 3 colegas que acabamos aquí en el Libertad siempre hasta las tantas tocando canciones y nos ponemos a tocar y nos podemos tirar horas y horas cantando canciones, y a los 3 nos pasa lo mismo, que nos sabemos cien mil canciones, a cual más hortera, y un día pensamos ¿por qué no lo hacemos? Si no tenemos curro, estamos mal de pelas, ¿por qué no hacemos esto y nos vamos todo el verano a tocar por ahí? Y bueno, pues ese era un poco el planteamiento y al final creo que hemos hecho algo interesante. Tiene un repertorio divertido, con una buena intención musical y con muy buen rollo, que somos 3 amigos que se juntan a hacer música, eso es lo mejor de todo.

SL.- ¿Tienes algún proyecto pendiente?

JM.- Muchos. Sí, sí, si realmente tuviera dinero para desarrollarlo, pues tendría cerrado mi calendario de los próximos 10 años. Tengo muchas ideas, pero tampoco puedO pensar más allá. Ahora mismo mis objetivos son hasta diciembre, que es hacer la gira de Chiringuito, empezar en septiembre con la gira de Escandinavia, creo que para febrero me voy a México también, y una vez vuelva de México pues empezaré a pensar si se graba los Colmaos, si se graba mi disco... Ese es un poco el planteamiento. Una vez sacado el tercero, me gustaría hacer un cuarto en directo. No sé, tengo un montón de ideas. Me gustaría grabar con una orquesta, pero todo muy a largo plazo.

SL.- ¿Hay alguien en especial con quien te gustaría cantar?

JM.- Pues mira, ayer le decía a César que me gustaría mucho cantar con Amaya Uranga de Mocedades. Me gusta mucho, me recuerda mucho a Mercedes Sosa, que es una tía que no se habla mucho del potencial que tiene cantando y la sensibilidad que tiene. Me gusta mucho y no sé si en algún momento igual le llamaría... Si hoy grabara un disco, seguramente le llamara para que colaborara. Luego es obvio, con gente a la que admiro y que además son colegas. Pero sí, algo que puede ser un poco como más difícil pues podría ser con Amaya Uranga. Me encantaría.

SL.- Por último, una canción para compartir.

JM.- ¿Una canción para compartir? Pues mira, te voy a decir “Be here now” de George Harrison. Estoy en un momento muy de eso. Es de un disco que se llama “Living in the Material World”, para mí es algo más espiritual casi que musical, y esa canción me parece una obra maestra y que define muy bien el lugar en el que estoy ahora.


SL.- Eso ha sido todo. Muchas gracias.

domingo, 26 de abril de 2015

[Shared Lives] Entrevista a Rubén Negro


¡Estrenamos sección!

En la entrada anterior hablamos de un librito estupendo, así que siguiendo con él, hoy nos cuenta cositas varias Rubén Negro, su autor.

Hace unos días tuve la suerte de poder engañar a este joven escritor para que compartiera un café y sus palabras conmigo, así que aproveché a preparar unas cuantas preguntitas para él. Reconozco que yo de periodista no tengo ni el bolígrafo y papel, así que he sido incapaz de recortar mucho la entrevista, por lo ha quedado un poquito extensa, pero más interesante a mi parecer. Sin más dilación, os dejo con sus respuestas =)



Shared Lives.- Para los que aún no te conocen, ¿podrías presentarte?

Rubén Negro.-  Soy Rubén Negro, nací en Ávila en 1983. Trabajo en esto del periodismo desde 2004 y soy un superviviente a la crisis.

SL.- El blog se llama Vidas Compartidas, ¿algún pedacito de tu vida que quieras compartir? Recuerdo, anécdota, pensamiento... Lo que quieras.

RN.-  Bueno, es una pregunta un poco compleja. Mira, pues afortunadamente en mi vida real tengo una vida compartida, y gracias a esa vida compartida no he seguido el camino que he querido reflejar en el libro de mi protagonista, que es un solitario. Creo que no se podría sobrevivir en los tiempos actuales si no tienes las compañías adecuadas, ya no una pareja, que eso ya depende de la suerte que tengas, sino que si no te rodeas de la familia o de buenos amigos el camino del solitario se está convirtiendo en peligroso. Así que me gusta el título del blog.

SL.- Las portadas de tus libros, ¿fetichismo por los pies o casualidad?

RN.-  (Risas) Casualidad. Me lo dijo mi sobrino, que es un gran analista en miniatura, me dijo: “¿por qué otra vez pies en la portada?” La verdad es que no lo había pensado. De hecho tampoco lo pensé cuando pensé el título de La Huella que en mi libro anterior salían unos pies en la portada. Esta vez sí, al ser el título La Huella pues la imagen del libro juega con el título. Aunque una vez que esto ha sido así, en el otro libro hablo de historias de amor y de caminos que se pueden abrir, eran tiempos más optimistas, y en éste libro esos caminos que se abrían cuando teníamos 20 años a los que como yo alcanzamos los 30, ahora se han convertido en caminos que ven difícil cómo abrirse ese espacio, así que bueno, en cierto modo sin quererlo ha salido un juego de caminos que se iniciaban y caminos que ahora han sido pisados. Ha sido casualidad, pero ya que ha salido así, sí que tiene un sentido aunque haya sido inconsciente.

SL.- Los personajes de La Huella del Hombre Pisada, ¿están inspirados en alguien concreto? ¿Conoces a algún Manu o a alguna Layla?

RN.-  Conozco Manus y Laylas, pero no son nadie en concreto. De hecho afortunadamente no hay un hombre en concreto porque el hombre, aparte de que se va equivocando, lo va pasando mal. Y Laylas hay muchas. Sí que he pensado en chicas que conozco que han salido al exterior, pero tiene un poquito de todas ellas y desgraciadamente las Laylas que conozco en el exterior no han tenido la suerte todavía de volver. Todos los personajes del libro tienen un poquito de toda la generación mía, he robado cachitos de vida a personas y luego he imaginado, tanto en lo bueno como en lo malo, posibles caminos de esas vidas. No hay nadie que me haya escrito “¡Ésta soy yo!” Aunque bueno, mi escritura siempre se basa mucho en lo que veo o en lo que imagino a partir de lo que veo.

SL.- ¿Por qué Manu siempre habla en primera persona y los capítulos de Layla nos los cuenta un narrador?

RN.-  Quería ser un juego del libro. Quería que de ese modo quedara claro que había ahí un cambio, es un modo de despertar al lector, que de repente está leyendo un libro y sin avisar le hacen un cambio de perspectiva. Era más un juego en la narración. De hecho en su inicio quería escribir un libro en que el narrador fuera omnisciente, no en primera persona, pero vi que, pensando en el lector, me resultaba con más ritmo que la narración de él fuera en primera persona. Y de hecho es complicado, porque el protagonista se va haciendo antipático, entonces le vas cogiendo antipatía al narrador. Era un juego arriesgado, pero yo creí que al final para el ritmo de la lectura era mejor el hacerlo así.

SL.- ¿Cómo escoges la banda sonora de tus libros?

RN.- ¡A veces es al revés! Quiero decir, a veces es escuchando una canción como se me ocurre la idea de un capítulo del libro. Hay un momento en que cito a Revolution de los Beatles, a partir de ahí, cuando yo era pequeño tenía una profesora de música que se llamaba Julia y la portera de donde yo vivo ahora también se llama Julia, las he mezclado: a mi profesora de música le gustaban mucho los Beatles y en el libro hago que a la portera le gusten los Beatles. De ahí, de una canción real, surge la idea de llevar todo eso a un capítulo en el que sale una portera que se llama Julia y le gustan los Beatles. En otros casos es al revés. Pero es más frecuente que sea la canción la que provoca la historia. También de escuchar muchas veces la canción de Nada de Love of Lesbian, de repente un día digo “Esto le vendría bien a una parte de la historia en la que el protagonista está perdido y escucha la canción y qué mamón es este Santi Balmes, qué bueno es”. Hay una parte del libro que cuando hablo de la banda sonora estoy pensando en Rafa Pons, porque es una música canalla y muy actual, y en este caso es al revés, a esa parte del libro le encaja una canción de Rafa Pons. Entonces siempre va entremezclado cuando escribo, que la música sea el origen o que la música complemente a lo que he escrito.

SL.- ¿Qué es lo más difícil de escribir un libro?

RN.-  Que todo tenga sentido al final. A la hora de escribir un libro primero tienes que tener una idea y luego, a medida que vas desarrollando esa idea, que encaje todo, que efectivamente se convierta en un libro. Hay un momento con este libro que le digo a mi pareja “¿Tiene sentido?”. El inicio y el final lo tenía más o menos claro, pero lo que iba entremedias lo vas descubriendo a medida que lo vas pensado, que va surgiendo, y hubo un momento en que dije “Esto tiene una estructura, esto encaja”, y ese momento es gratificante. Y luego viene el problema, el momento en que dices “anda que no me queda todavía por estructurar esto”, pero hay un momento en el que todo en la cabeza ha encajado, aunque hasta que llega ese momento piensas en no hacerlo. Lo difícil es encontrar una estructura que encaje.

SL.- A la hora de escribir, ¿tienes la historia pensada antes de empezar o dejas que los personajes vayan creando su propia historia?

RN.-  Hombre, yo he escrito poco todavía, soy un escritor muy modestito. En mi caso, esta historia es circular, el inicio es el final y cuento el recorrido que le ha llevado hasta ese punto. Entonces en este caso yo ya sabía dónde iba, lo que no sabía es cómo exactamente iba a ir, eso sí que fue surgiendo, pero sí que sabía dónde iba. El otro libro no tenía estructura de novela, eran historias cortas, así que tampoco sirve de ejemplo. Ahora que estoy empezando algo que sé cómo empieza pero no sé cómo va a acabar tengo una idea de lo que quiero hacer, pero seguramente vaya a ir modelándose a medida que vaya estructurándolo en la cabeza. Pero yo creo que si no tienes claro un inicio o un final es muy complicado. Aunque bueno, gusta dejar que la imaginación vaya abriéndose camino. Yo creo que forma parte de la diversión de escribir, dejar un poquito jugar, no ponerse unas reglas si no a ver qué pasa, a ver qué surge.

SL.- ¿Algún consejo para alguien que se plantee empezar a escribir?

RN.-  Que escriba. (Risas) Lo que no puedes pensar es que vas a escribir El Quijote en dos días. Tú vete escribiendo, deja que vaya saliendo lo que tengas dentro y cuanto más escribas y más leas de otros, más dejes que te lean lo tuyo, que eso también es complicado porque es difícil por una parte abrirse y encajar las críticas o lo que te diga la gente para perfeccionar, hay que perder el miedo, si realmente quieres escribir escribe y deja que te lean. Luego ya lo vas perfilando. Así que si quieres escribir escribe.

SL.- Por último, un libro para compartir.

RN.-  A ver... Hay una escritora segoviana que se llama Ana Vázquez que tiene escrito un libro maravilloso desde hace un par de años que se llama “Collage”, pero que no ha terminado de publicar, aunque lo va a hacer de inmediato. Como ese de inmediato no termina de hacerse realidad, aprovecho aquí para obligarla a que lo publique de una santa vez. (Risas) Es un libro maravilloso, además es alguien de Castilla y León, paisana segoviana que escribe como los ángeles y yo estoy seguro de que cuando salga a la luz ese libro va a tener mucho éxito, de verdad, porque está muy bien escrito. Así que Ana Vázquez, “Collage”, es el libro que recomiendo. Y otro, recomiendo dos, “El nombre del Viento” de Patrick Rothfuss, es una auténtica maravilla. Y así también le obligamos a Patrick Rothfuss a que continúe con su saga (Risas)


SL.- Eso ha sido todo. Muchas gracias.

viernes, 3 de abril de 2015

[Tiempo de libros] La huella del hombre pisada


#LHDHP

Esas iniciales y ese hashtag nos han tenido en vilo durante mucho tiempo, hasta que el misterio fue resuelto y Rubén Negro deicidió desvelarnos el título del que sería su segundo libro.

Esto ya fue hace unos meses, y hoy yo vengo a hablaros de esta pequeña joyita: La Huella Del Hombre Pisada.

"A la generación que no quiere ser perdida." Desde el principio, desde esa dedicatoria inicial, las intenciones quedan más que claras: el libro no nos lo va a poner fácil. Como la vida misma, vaya.

Evitaré desvelar el argumento, ya que sería estropear la historia a futuros lectores, y eso es algo que no me perdonaría, ya que la primera lectura es para deleitarse y disfrutarla. Os lo dice alguien que va a por una tercera vuelta =P

¿Qué deciros de esta Huella? Creo que todo lo que pueda escribir se quedaría corto para describir lo que hacen sentir sus páginas. 
Es un libro que hay que masticar con cuidado, difícil de digerir, de esos que repiten volviendo una y otra y otra vez a nuestras tocadas cabecitas. Un libro que hay que leer con calma, incluso varias veces, y que se queda rondando por la mente con todas las ideas que introduce en nuestro cerebro. Mejor dicho, no las introduce, las saca a flote, porque ya estaban ahí, las saca a relucir con unas palabras y una manera de escribir que, eso sí, nunca se nos hubieran ocurrido al común de los mortales. Y es que el señor Negro ya ha creado su propio estilo literario, algo que no muchos escritores pueden decir tan tempranamente.

"Cuando juegas a los giros del destino estás pletórico, sabedor de que la vida es apostar por un sentimiento. Y aunque en la rueda de la fortuna lleves 99 papeletas de 100 a que habrá tortazo, sabes que estás vivo, que vivir la vida consiste en eso. Y no se trata de apostar por algo cursi, sino que de repente vuelva el technicolor, y hasta te entran ganas de correr o de sonreír y convertirte en un mofletudo revolucionario."

Empieza y acaba con las mismas palabras. ¿Curioso verdad? Como queriendo dar a entender una historia circular, que no hay principios ni finales, si no que todo vuelve a repetirse, de una forma u otra. Y la música, siempre la música, que está muy pero que muy presente, tanto dentro de la historia como en la banda sonora que Rubén nos ha creado para acompañar a la lectura y que se puede encontrar en Spotify.

Es un libro que se atraganta. Sí, he dicho bien, se atraganta, pero no en el mal sentido de la palabra. Es un libro que no cae, que no pasa, se queda ahí y hace que no puedas dejar de pensar en sus palabras. Va lanzando espinitas que, de tan conocidas y experimentadas en muchas ocasiones, se clavan y no se sueltan fácilmente. Incluso a veces te impiden tragar, esta vez sí, de forma literal.

Como ya dije antes, no es fácil escribir acerca de LHDHP, así que para evitar entrar en spoilers y en repeticiones, lo dejaré aquí por hoy. Espero haber conseguido que os pique la curiosidad y que le deis una oportunidad a esta huella que no se deja pisar =)

"Al final, la vida es eso, es vivir y no encerrarse. Es la compañía. Es hacer algo por lo que merezca cada día abrir la persiana. Levantarse los sábados y los domingos y poner la música a tope porque estamos en la vida para vivirla y no para que nos derrote."

viernes, 13 de marzo de 2015

[Y la música sigue sonando] Alex Serra y Kike Marcos en Valladolid


Anoche, noche de jueves, el plan era quedarme en casa tranquilamente. Pero tras la triste noticia del día, decidí salir con un amigo a despedir al camarero del sombrero con risas. Y así acabamos de nuevo en el Nunca Jamás Rock'n'Roll Bar de Valladolid, donde tocaban Alex Serra y Kike Marcos. Los planes improvisados suelen caracterizarse por ser los mejores, y allí nos plantamos sin planear y sin saber qué nos íbamos a encontrar. 

Tras un rato en el bar, vimos que iba a ser un concierto íntimo, los mejores para mi gusto. Iba a ser una noche para disfrutar. Con una cerveza en la mano, fuimos a sentarnos en primera fila para no perder ni el más mínimo detalle, y empezó lo bonito.


En el escenario, un chico de apariencia tímida y voz dulce. Alex Serra. Sólo una voz y una guitarra para cantar y contar historias y sueños. El gato negro dejó de maullar para escuchar, siguiendo la música como los pasos de un tango que suena tan familiar aún cuando se escucha por primera vez. Las cuerdas se movían guiadas por un hábil malabarista que volcaba sus sentimientos en cada canción, pasando del rock a la bossa nova, y lanzándose a versionar a grandes clásicos como The Beatles y Elvis Presley. Tras ellos, Alex nos trajo un invierno escrito en verano, de esos que vienen sin frío y sólo dejan bellas postales para el recuerdo, un invierno con aires de verano para cerrar esa primera parte y dar paso a Kike Marcos, cuya guitarra ya esperaba en el escenario.


Kike Marcos, con sus aires rockeros, nos hizo disfrutar de sus canciones de cantautor a dos guitarras y dos voces, y nos demostró a todos que los cantautores no son tristes, aunque sus canciones quieran demostrarnos lo contrario, y entre chistes, bromas y canciones, el último avión se quedó en tierra. Dime, miénteme de nuevo lento, y enganchó al público a cantar con él, voces al viento sin miedo. Pero no todas las canciones de cantautor van a ser tristes o moñas, también queda un huequecito para la denuncia y la reivindicación, en este caso contra el maltrato a la mujer, y mi bandera se clavó en los corazones inadvertidos que nos dejamos atravesar por las letras y la melodía que llenaban el bar. Mientras tanto, y como tantas otras veces, me invitabas al desastre y al rescate llegó Enrique Urquijo, que aunque tú no lo sepas sigue estando muy presente en la música. Las botellas rotas quedaron en la habitación y nos fuimos al norte para dar nombre al último disco de Kike Marcos y a la gira de la que formamos parte de una manera tan fortuita. Yendo siempre más arriba, más al norte...




Si te digo que no haces más 
que rondarme la cabeza...

viernes, 13 de febrero de 2015

[Cinema Paradiso] Homecoming (vuelta a casa)


Esta noche he tenido el enorme placer de asistir al estreno de Homecoming (Vuelta a casa), un corto realmente original y hecho, literalmente, por amor al arte. Y cuando algo está hecho con amor, se nota.




Dirigido por Javier Noriega y protagonizado por Diego Molina, Lorena Pérez y Víctor Noriega, Homecoming cuenta la historia de Gabriel (Diego M.), un soldado español destinado en Irak durante la guerra de 2003, quien, al volver a casa, se encontrará de frente con sus mayores demonios... En esta breve historia de aproximadamente 20 minutos, Tony (Víctor N.), el barman favorito de Gabi, pone el punto cómico a la historia, recordando batallitas nocturnas y sacando alguna que otra sonrisa al soldado. Mientras que Lara (Lorena P.), la mujer de Gabi, muestra la otra cara de la moneda, la mujer que ha quedado sola cuidando a un niño pequeño mientras su marido se halla lejos, luchando en una guerra que ni siquiera es capaz de comprender.



La banda sonora es una auténtica joya, y tal como dijo el director antes del comienzo del corto, da un sentido a la historia que no sería posible sin la música. Y como guinda del pastel, a la salida de la proyección tuvimos a los músicos improvisando a capella en la calle, un coro celestial.

Pero lo mejor de la película, para mí al menos y desde la humilde opinión de quien sabe poquito de cine, fueron los actores. Diego nos hizo sentir toda la angustia y la tensión de Gabi, mientras que junto con Lorena nos transmitieron mil y una sensaciones distintas: ternura, tristeza, ese sentimiento de tener algo y que cuanto más intentas retenerlo más se escapa entre tus dedos... Pocas palabras pueden definir todo lo que transmiten desde la pantalla.

Y voy a poner punto y final, porque no quiero hacer spoilers. Lo mejor es verla y dejarse atrapar y sorprender por esa historia tan cautivadora, que tiene mucho más de lo que parece a simple vista.

Conclusión: recomendable 100%. Ahora sólo queda esperar que lo proyecten en algún sitio o que la distribuyan de alguna manera. Desde aquí, les deseo toda la suerte del mundo con esta aventura que, esperemos, no ha hecho más que comenzar ;)

martes, 10 de febrero de 2015

[Y la música sigue sonando] Pedro Pastor y Curioso Periplo en Valladolid


Pongámonos en situación: Valladolid, 9 de enero. Una fría noche de lunes. 
¿Se os ocurre un plan mejor que salir a descubrir un bar nuevo con música en directo? Y si eso implica conocer nuevos músicos, el plan se vuelve inmejorable, ¿verdad?
Pues justamente eso fue lo que decidí hacer ayer.

La cita era a las 9 en el bar Nunca Jamás. No sabía lo que me iba a encontrar allí, pero cuando me iba acercando ya sabía que me iba a gustar. Y no me equivocaba. El ambiente era estupendo, gente de buen rollo, pasando el rato entre colegas mientras esperaba a que empezase el concierto.

Cerca de las 9 y media, dos chicos en el escenario, guitarra y saxofón en mano, esperaban que las voces en la sala fuesen atenuándose. Y comenzó la magia de la música en directo... Curioso Periplo fueron los encargados de abrir el concierto. El sonido, a pesar de los inconvenientes que habían tenido antes del concierto, fue bueno. Sus canciones tienen mucho ritmo y en ellas mezclan diferentes estilos, algo arriesgado, pero consiguen hacerlo bonito, y el saxo da un toque musical al que la mayoría no estamos acostumbrados en conciertos de bar. Pedro Pastor subió con ellos al escenario para cantar juntos una canción, y ya de paso nos enteramos que ha colaborado en el cd que Curioso Periplo ha grabado hace poco. Pero el concierto no era del grupo pucelano, así que no se extendieron mucho, pero a modo de despedida tocaron una versión de una (o varias) canciones gallegas con las que pusieron en pie a los que estaban sentados y consiguieron que la sala entera bailara y saltara a su son. Buen indicador que se vayan dejando al público con ganas de más =)

Después de un pequeño parón para preparativos y retoques en escenario, sonido y demás tecnicidades, apareció Pedro Pastor, caminando por el escenario hasta juntarse con el público, sin guitarra, y nos deleitó con una primera canción con la voz desnuda, pequeñas maravillas de la música en vivo. Nos contó que le había costado venir a tocar a Valladolid por todas las trabas que pone la ciudad a la música, algo que los que vivimos por aquí sabemos ya demasiado bien, pero tengo que quitarme el sombrero ante el bar Nunca Jamás, porque está sabiendo buscarle las vueltas a las leyes y normas para conseguir que vuelva a haber conciertos en bares, ¡bravísimo por ellos! 

En fin, que me disperso, volvamos al tema.


Como decía, Pedro Pastor se metió al público en el bolsillo con canciones llenas de ritmo, mucha simpatía y una sonrisa que en ningún momento desapareció de su cara. Presentó su cd, "La vida plena", y alguna que otra canción nueva que va componiendo para su próximo disco. Y cuando al público se le trata bien, se nota, porque responde, y en este caso respondió con una participación de lo más activa, cantando, haciendo coros, dando palmas e incluso bailando. En general, la mayoría de las canciones fueron directas a remover conciencias, tocando temas de lo más diversos, reivindicando la paz, la memoria de España, criticando la situación actual, entre otros ejemplos.

 Y si el mundo se derrumba a nuestros pies, es cosa suya.

Como no podía ser menos, la colaboración fue de ida y vuelta, y Curioso Periplo volvió al escenario. Primero fue Charly quien acompañó al saxo en una canción de Pedro, y luego fue Nico quien subió para cantar a dúo una canción de Silvio Rodríguez, una auténtica preciosidad, todo sea dicho.

Por último, no quiero acabar sin dejar aquí plasmada una frase que dijo Pedro Pastor entre canción y canción y que a mí, personalmente, me tocó mucho, por eso la quiero compartir con todos vosotros:
"La vida plena es amor y rebeldía, 
no concibo una cosa sin la otra.
El amor no puede ser amor si no es rebelda
y la rebeldía no es rebeldía si no hay amor."


Y la libertad como forma de amar...


jueves, 22 de enero de 2015

[Poemas en los tejados]


Aprenderé a escribir poesía
el día que Dios me pida un bloody-mary.

Esperaré a que llegue el día en que, 
como a aquel pirata
sin parche en el ojo ni palo en la pata,
me visite el viejo de la barba,
que cambie su celestial paraíso
por unas copas más terrenales.
Ese día,
o más bien esa noche,
los bloody-mary sabrán a ambrosía
y, gracias a su celestial presencia,
en todo momento la Luna nos acompañará.

Antes de que las campanas anuncien la medianoche
habré perdido los zapatos de cristal,
correré descalza y libre
siguiendo a las musas que me guíen 
por el sendero de baldosas amarillas
que lleva a la tierra de Oz.
Las farolas alumbrarán con palabras
los versos que formen mi camino.
Y cuando el Sol asome en el horizonte 
me daré cuenta de que estoy sola, 
que quizá siempre lo estuve.

Entonces mi bolígrafo surcará el papel,
y todo volverá a comenzar...